Mapas mentales

Cómo representar nuestras ideas mediante esquemas conceptuales y mentales.

 

Mapas mentales. Rodrigo L. Alonso


Cada vez se utilizan más como herramienta que nos ayuda a organizar la información y el conocimiento mediante esquemas o diagramas que unen con vínculos diversos conceptos y palabras clave.

En el caso de los llamados mapas conceptuales (Joseph D. Novak) los conceptos principales se representan encerrados en círculos o rectángulos y se relacionan con otros conceptos mediante “preposiciones” relacionados entre sí por líneas o trazos.

Estos mapas, organizados jerárquicamente, buscan un objetivo básico: representar y explicar un tema de la forma más sencilla, clara y comprensible.

La prueba más palpable de la popularización de los mapas conceptuales está en la aparición de aplicaciones informáticas que facilitan su elaboración, como es el caso de CMap Tols, tal vez el programa más utilizado para este fin en el entorno Windows. Este sencillo software permite exportar el resultado como imagen .jpg, como documento .pdf o como archivo de presentación Power Point.





Esquema/diagrama de proyecto de edición multimedia. Rodrigo L.Alonso.



Cartografiar las ideas


Los llamados mapas mentales, tal y como los ha popularizado Toni Buzan (1974, Use your Brand) se pueden convertir en un útil e interesante ejercicio para representar y desarrollar nuestras ideas, nuestros proyectos o nuestras presentaciones. Y lo es desde una doble perspectiva: por una parte, para quienes tienen que mostrar y organizar esas ideas (emisores), y, por otra parte, para aquellos que tienen que recibir y entender más fácilmente ese mensaje o proyecto (receptores).

La peculiaridad de los mapas mentales, comparados con los mapas conceptuales, es que se desarrollan a partir de una idea o tema central. Alrededor de ese punto irán desplegándose otros conceptos conectados por líneas, que no están interrumpidas por las preposiciones de los citados mapas conceptuales.

Otra característica de los mapas mentales, y que los relaciona con la infografía y la visualización de información, es la importancia que adquieren las imágenes como elementos de representación gráfica de las ideas, así como los colores y las flechas como forma de ramificación en torno a ese concepto o tema central.

Estos mapas mentales, que pueden ser todo lo complejo y amplio que nosotros queramos, tienen una gran cualidad, que es la ¡espontaneidad! Nos pueden resultar muy útiles en la educación, en la empresa, en la comunicación… para explicar ideas complejas con la máxima sencillez posible.

Es en la naturaleza donde tenemos el mejor ejemplo de visualización de estos mapas mentales. Una planta está compuesta de ramas y de cada una de esas ramas pueden ir surgiendo otras hojas.

No podemos decir que la base de los mapas mentales sean algo novedoso pues se basan en el sistema mnemotécnico utilizado en la cultura clásica griega y que consistía básicamente en asociar y desarrollar los dos pilares básicos: imágenes y asociaciones mentales.

También podemos recordar los apuntes y anotaciones que Leonardo Da Vinci dejó en sus cuadernos de trabajo. Se trata de otro antecedente magistral.



 
Esquema de mapa mental.



Cómo hacer un mapa mental en cinco pasos:


1. Comienza con una imagen y/o una palabra en el centro. Así podremos movernos en todas las direcciones. La imagen nos servirá como centro de atención.

2. Conecta las ideas y palabras clave con líneas, flechas, ramas… cada vez más finas a medida que se alejan del centro, pero siempre conectadas. Esas líneas o ramas no tienen porqué ser rectas, pues las curvas a veces atraen y estimulan más.

3. Utiliza una sola palabra clave que defina el concepto por línea. Evita las frases y términos compuestos y ambiguos. Esas palabras pueden mostrar su importancia mostrando distinciones o diferenciaciones entre letras mayúsculas y minúsculas, y entre cuerpos o tamaños de letra.

4. Juega con los colores. Son estéticos y estimulantes pero también señalizan y ayudan a codificar y aportar significados.

5. Utiliza imágenes, iconos o pictogramas siempre que puedas, pero que tengan un significado claro o evocador. ¡Las imágenes se recuerdan mejor que las palabras!. También puedes asociar una palabra clave con una determinada imagen.

En resumen, los mapas mentales nos ayudan a organizar los pensamientos, potenciando nuestras capacidades mentales y creativas aprendiendo a crear asociaciones mentales visualizando y representando. Es lo opuesto al sistema convencional de “tomar apuntes” y notas de una forma lineal.

Estos esquemas sirven para entender lo que pensamos y para ser entendidos por los demás. Es también una forma básica de visualización de información.

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