De qué habla el blues
Una poesía áspera, sincera y primaria; la crónica de unas vidas solitarias y difíciles. El blues como expresión de la desolación, en pocas pero sinceras palabras. Así son sus letras.
Leadbelly, Robert Johnson, Lightning Hopkins, Mercy Dee Walton o Bukka White escribieron canciones que reflejaban ese estado de ánimo del blues. Ellos y muchos otros, nos muestran la importancia de aquellas letras originales para poder entender el contexto en el que fueron creadas, además de la dimensión poética y expresiva de este estilo musical.
El blues transmite desde un lado emocional la amargura que produce el mal de amores, la mala suerte, la dureza de la vida en el campo o en la ciudad, la explotación y la humillación en el trabajo… En definitiva, las vivencias de la cotidianidad de la población afroamericana durante la primera mitad del siglo XX.
ESCENARIO VITAL
Aquellos blues iniciales fueron compuestos, cantados y transmitidos posteriormente de forma oral por músicos inmersos en un entorno de miseria, marginación, segregación e injusticia.
Un escenario vital que se desarrollaba habitualmente junto a carruajes, mulas, campos de trabajo, plantaciones, penitenciarías… y en el mejor de los casos, oscuras cantinas.
Las letras de aquellos primeros blues desarrollaron sus propios recursos expresivos, su vocabulario, sus descripciones. El primer blues —grabado en 1920 por Mammie Smith— cuyo título, Crazy Blues, expresaba el profundo dolor que genera el maltrato:
Por la noche dormir no puedo,
ni un bocado puedo probar
porque el hombre que amo
no me trata nada bien.
SEGREGACIÓN
Mercy Dee Walton dejó escritas historias memorables y muy representativas de un tiempo, de un lugar y de un estado de ánimo, como la que se expresa en One Room Country Sack, tema grabado posteriormente por muchos músicos como John Lee Hooker, Otis Span, Mose Allison o Blood, Sweat & Tears:
Sobre la marginación y la explotación de la vida en el campo, Mercy Dee Walton dejó también escrita su Have You Ever:
Si alguna vez me libro de esta cosecha, yo no voy a querer ver ni un capullo de rosa florecer (bis)
Y si a alguien se le ocurre preguntarme por el campo, que Dios se apiade de su alma.
ENCRUCIJADA
La leyenda de Robert Johnson contribuyó definitivamente a crear y a fijar esa atmósfera que reflejaría el sentimiento de “blues”. Crossroad era ese fatídico cruce de caminos, la encrucijada de la vida, el abismo de las oscuras sombras y los demonios particulares.
También dejó plasmado ese sentimiento en su Love in Vain y en la emblemática Sweet Home Chicago, donde se canta a ese destino anhelado del norte, para huir de los oscuros diablos del profundo sur. Todos estas canciones han sido posteriormente interpretadas y dadas a conocer por muchos otros músicos, como los Rolling Stones o los Blues Brothers.
Robert Johnson en su Hellhound on my Trail, expresa dramáticamente el desasosiego, el miedo y la sensación de sentirse permanentemente perseguido:
Tengo que seguir moviéndome (bis)
Un blues cayendo como granizo (bis)
Y el día recordándome que el sabueso del infierno me persigue de cerca
el sabueso del infierno está sobre mi rastro.
VISIÓN PERSONAL
Lithning Hopkins fue otro de esos cantantes del blues rural que dejaron sus personales mensajes en los textos de sus canciones, como en su Short Haired Woman ("No quiero que la mujer lleve el pelo más corto que el mío…"), Once was a gambler (Una vez fui jugador), o Svavery (Esclavitud):
Mi gente fue esclava durante mil años
Cuando nací me lo enseñaron así:
“Saluda a la gente y ten cuidado con la que dices hijo”.
También Hopkins relataba en otra ocasión la experiencia carcelaria, en Penitentiary Blues:
Mmmm, Big Brazos, sí allá voy.
Oh señor, ten piedad! Big Brazos, sí allá voy
Sabes que voy a cumplir condena por otro hombre
Cuando no hay nada que el pobre Lightnin` haya hecho.
CRÓNICAS DEL BLUES
Bukka White fue uno de los mejores ejemplos de poeta y cronista del blues, con historias oscuras que denunciaban diversos problemas, como el juego, en Georgia Skin Game, la neurosis, en Sleepy Man Blues, la enfermedad —la de su propia madre— en Fixin` To Die, o la soledad, en Drifting Blues:
Cuando estoy a la deriva
Como un bote en alta mar
no encuentro a nadie
en todo el mundo que se preocupe por mi.
Adios, adios nena, adios.
Lo averiguarás preciosa
Pero no te quieres enterar
Te di todo mi dinero, dime que más puedo hacer
Lo averiguarás preciosa
Pero no te quieres enterar.
Los testimonios y las historias escritas por Bukka White son el reflejo de esa vida a la deriva, entre la huida y el vagabundeo, pasando por los más diversos oficios: boxeador, jugador de baloncesto, además de músico. Y también las prolongadas estancias en la cárcel, experiencia que le inspiraría su Parchman Blues:
Una biografía, la de Bukka White, que no es muy diferente de la de otros bluesmen afroamericanos de la época, como Leadbelly o Skip James.
POR QUÉ CANTO BLUES
Why I Sing the Blues, cantada por B.B. King, trata de resumir de alguna forma esas razones por la que se canta "blues". Un acto que se convierte en un manifiesto, en protesta social y política: la esclavitud, los guetos, la educación, la alienación de la ciudad, las condiciones de vida...
