Sting, el jefe de Police


Fueron el mejor cóctel new wave. El trio The Police, formado por Sting, Coppeland y Summers arrasó con una música pop de gran calidad, que incorporaba el hipnótico ritmo del reggae, el bagaje del jazz y la voz inconfundible de su líder.



Sting y Andy Summers de Police. Imagen de Rodrigo L. Alonso.


Este grupo formado en 1977 y que triunfó en la primera mitad de los años 80´, gracias a su reconocimiento internacional pudo marcar su propio territorio con respecto al pop, al punk, al rock y a la new wave, aunque surgió en medio de toda aquella efervescencia, durante la era de Margaret Thatcher.

Sting, Coppeland y Summers, en el momento de constituirse como The Police, ya eran tres músicos hechos y derechos que miraban con condescendencia a todos esos jovencitos que formaban sus bandas sin saber apenas cantar ni tocar sus instrumentos.

Stewart Coppeland, batería de Curver Air, fue el promotor del proyecto. Vio a Sting en una actuación tocando Jazz y quedó prendado de su estampa en el escenario, de su voz y de su sentido rítmico. Le propuso incorporarse al incipiente grupo. Después de pensárselo bien, Sting aceptó entrar en The Police con todas las consecuencias. Y finalmente ficharon al guitarrista Andy Summers, más veterano que ellos y músico experimentado que había acompañado a grupos como Soft Machine, Kevin Ayers o el vocalista Eric Burdon.

Pop con personalidad

Entre los tres desarrollaron un sonido inconfundible, capaz de atraer a un público amplio pero con unos ritmos, unos matices y una calidad fuera de toda duda. Había toques new wave, pero también estaba presente el ritmo del reggae con su hipnótica línea de bajo, además de un sustrato inequívocamente jazzy. La inconfundible voz de Sting, rostro visible y carismático del grupo, además de su capacidad para componer canciones sobresalientes como Roxanne, So Lonely o Can´t Stand Losing You, hicieron el resto.

Sin embargo, en aquellos meses de 1977, ninguna compañía discográfica mostraba interés por ellos. No respondían al perfil habitual de los muchos grupos que llamaban a sus puertas ni parecían fácilmente moldeables. A pesar de sus "chupas" de cuero negro y su pelo teñido de color amarillo “pollo".

El hermano de Steward Copeland les propuso crear su propio sello para auto editar sus discos; así nació Illegal Records, un nombre muy adecuado para lanzar las canciones de un grupo llamado The Police. Así sacaron a la luz un primer single con dos temas, Roxanne y Can´t Stand Lossing You. Las dos canciones fueron censuradas por la BBC. A pesar de ello, consiguieron vender 12.000 copias.

Aquella Roxanne –que más tarde alcanzaría un éxito mundial–, contaba la historia de una prostituta que llamó la atención de Sting en el barrio parisino de Pigalle. Pocos años después Sting comentaba:

"Nunca pude imaginarme que censurasen Roxanne. Es una canción sin más, acerca de una relación real. En ella no se habla de obscenidades. Lo que yo quería contar era algo sentido, vivido, lírico. De haberlo sabido habría sido mejor hacer una canción obscena".

Después vendrían sus dos primeros álbumes, Outlandos d´Amor (1978) que incluía Roxanne y Regata de Blanc (1979) con canciones como Message in a Bottle o Walking on the Moon, que aportaron al grupo popularidad y prestigio mundial. En 1983 grabaron Sincronicity, un último álbum que incluía joyas como Every Breath You Take.

Al finalizar la larga gira mundial de promoción de ese último disco, el 4 de Marzo de 1984, en Australia, decidieron disolverse, sin comunicado oficial alguno. Cada uno de los tres Police ya había decidido su propio camino al margen del grupo. Sting iniciaría su carrera en solitario y sus incursiones en el cine; Copeland se dedicaría primordialmente a las bandas sonoras y Andy Summer regresaría a su principal vocación: el Jazz, un territorio minoritario pero que le aportaría libertad e independencia, sobretodo si se tiene la “caja” llena y todas las facturas pagadas.

Mensaje en las canciones

Las canciones compuestas por Sting son fruto de una fina observación de la vida, de las situaciones cotidianas y también de una visión crítica de los problemas sociales que veía a su alrededor, como la situación de los mineros ingleses en aquellos años de reconversión salvaje, el rechazo a la energía nuclear, o sobre los desaparecidos en las dictaduras de Chile y Argentina.

Le pregunté a Sting por Message in a Bottle, una canción pegadiza y aparentemente inocua:

"Mensaje en una Botella únicamente refleja un sentimiento. Tratamos de mostrar y explicar esa sensación que se vive cuando uno está en horas bajas, cuando se está triste, cuando se está solo. Y te das cuenta de que todos estamos en el mismo barco; todos estamos perdidos; todos naufragamos. Y algunas veces, afortunadamente, también intentamos salvarnos unos a otros.

En aquellos días en que la proclama cantada de Ian Dury era Sex and Drugs and Rock&Roll, planteé al líder de The Police si el tema de las drogas lo había tratado en alguna de sus canciones:

"Yo no recuerdo ninguna canción en que hablemos directamente de la droga como problema. Pero, si quieres saber si estoy a favor o en contra de los estupefacientes, pues te diré que estoy en contra del abuso de las drogas y de la dependencia que supone engancharse a las drogas duras y el inyectarse... es una forma de auto destruirse"

"Pero también es cierto que en muchos casos se puede entender que existan razones para utilizar las drogas, sobretodo en un mundo como este en que vivimos, en el que hay razones para deprimirse con facilidad".

"Sí, esta sociedad es un verdadero lío, y no veo que exista una solución política para arreglar muchos de los grandes problemas que tenemos".

A propósito de esas reflexiones en las que Sting dejaba entrever sus inquietudes ideológicas no pude evitar comentar algo sobre la Dama de Hierro, al frente del Reino Unido en aquellos años:

"Margaret Thatcher –estallaba Sting– es una auténtica reaccionaria; representa la figura de la política, en el peor sentido de la palabra. Yo voto por el Partido Laborista de James Callahan. Siempre los he votado porque me parece que son los que mejor representan a los trabajadores y a las causas más sociales y democráticas. Aunque te diré que tampoco tengo una fe ciega ni en la política ni en los políticos".


Una nueva ola

En septiembre de 1980 The Police estaban llegando a lo más alto y todavía permanecerían unidos como grupo cuatro años más. Ya no les importaba gran cosa la etiqueta que les colocaran y Sting hablaba claro sobre la escena musical en la que habían tenido que competir:

"A mi no me gusta el rock anterior. Yo no he estado metido en todo eso ni me interesaba. Los tiempos actuales son mucho mejores musicalmente. Ahora todo es menos serio, más cachondo e irreverente. Los jóvenes de ahora son distintos, hay una ruptura con lo anterior y con las grandes estrellas del rock que se habían convertido en dinosaurios, en piezas de museo, de otros tiempos. La música que se hace ahora es más fresca, se utiliza menos potencia y más ritmo, es más ligera, y sobretodo, es menos pretenciosa".

Yo estaba hablando con ellos en un salón del Hotel Palace de Madrid, mientras desayunaban relajadamente tras la noche de su concierto triunfal en el Campo del Moscardó, en el barrio de Usera, ante miles de espectadores que quedaron fascinados con su energía, su ritmo y su sonido. Sólo tres músicos en el escenario. Una base rítmica aparentemente simple con el envolvente bajo de Sting, la potente batería de Copeland y la eficaz guitarra de Summers. Sobre todo ello sobresalía el magnetismo, la personalidad y el atractivo de una estrella llamada Gordon Matthew Sumner, más conocido como Sting (el Aguijón).

Sting, Coppeland y Summers –los tres miembros de The Police– recordaban entonces aquellos primeros tiempos de Illegal Records, tan sólo tres años atrás, y su anhelo de no ser utilizados por la despiadada maquinaria comercial de las grandes discográficas:

"Aunque te parezca mentira, no hemos visto todavía un penique. La máquina tarda mucho en producir. Y en todo ese tiempo se va perdiendo el control. Desde que un muchacho va a comprar un disco a la tienda hasta que llega a nosotros recorre un largo camino de intermediarios. Tiene que pasar por la tienda, por la distribuidora, por la fabricación, por el empaquetado, además de por diferentes departamentos de la compañía discográfica... Al final, no sabemos lo que nos llegará a nosotros".

The Police habían decidido no conceder entrevistas ni presentaciones a la prensa. Y yo no acababa de creer que estuviera charlando con ellos (aunque lo cierto es que únicamente contestaba a mis preguntas Sting) tras haberse apartado sus gorilas ante un gesto entre displicente y misericordioso del Aguijón. Había decidido perdonarme la vida, permitirme estar un rato con ellos e iniciar una conversación bastante alejada del previsible guión que hubiera tenido preparado el departamento de Relaciones Públicas de su compañía discográfica.

"Nosotros somos los Número Uno de los años ochenta" sentenciaron medio en broma al dar por terminada aquella charla, levantarse de sus sillones y salir a dar un paseo por el Paseo del Prado en aquella soleada mañana de domingo. 


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